miércoles, 5 de enero de 2011

Capitulo 5

Melinda pensó Kyle… una punzada de dolor lo hizo volver a respirar, le dolía decir su nombre, tanto como le dolía su muerte y aún peor, su traición.
Al terminar la clase, Kyle salió a zancadas de la sala, mientras que Olivia, repasaba su introducción Hola, mi nombre es Olivia Whertinger y eh vuelto al pueblo, te gustaría ser mi amigo,pensaba ella repetidas veces.
Olivia logró alcanzarlo, tomándolo por el brazo, Kyle se dio la vuelta lentamente y se quedo sorprendido de volver a ver esos ojos. Olivia hizo lo mismo, podía ver sus facciones más de cerca, nariz respingada y ojos increíblemente azules intensos, pero había algo diferente en ellos, sus pupilas estaban más dilatas de lo normal, no sabía a qué se debía, quizás a la sorpresa o tal vez por costumbre.
-Hola, mi nombre es…
-Tengo que irme…- La interrumpió descaradamente para soltarse de su mano y caminar a zancadas por el pasillo, Olivia sintió impotencia y frustración, jamás un chico la había dejado con la palabra en la boca y esta no era una excepción.
Olivia decidida, comenzó a seguirlo, pero era mucho más rápido que ella, trataba de alcanzarlo, pero lo perdía de vista, sabía a dónde se dirigía así que camino hasta llegar al aparcamiento. No había nada, Olivia se detuvo, ya no había remedio alguno, miro a su alrededor y no vio señales del chico, respiro hondo… se había cansado, pero el cansancio no cubría la humillación, todavía no terminaba de comprender, acaso no la escucho cuando hablaba.
Rayos, pensó Olivia irritada.
-¿Olivia?- La llamo alguien a sus espaldas, dio la vuelta sobre sus tobillos para encontrarse con su amigo Thomas.- Pasa algo.- Pregunto el chico preocupado, Olivia para no descargar su frustración en él, se limito a negar con la cabeza y entrar de nuevo a la escuela.
Camino por el pasillo intentando comprender todavía lo sucedido, no tenía una explicación lógica, simplemente una palabra, rechazo, Olivia hizo una mueca de dolor mientras sus dedos se movían con inquietud y sus ojos comenzaban a arderle, pero sacudió la cabeza y solo dejo escapar un resoplido de fastidio.
Ella misma sabía que no se daría por vencida, sabía que lo tendría costara lo que costara, era un reto y a ella le gustaban los retos, siempre había sido así.
-Olivia, es hora de irnos…- Escucho decir a su hermano Johnny caminando hacia ella, Olivia seguía en shock, estaba aturdida, solo asintió con la cabeza.- Te comieron la lengua los ratones o que.- Se burlo el chico riendo, ella lo fulmino con la mirada.
-Solo vayamos a casa.- Fue lo único que Olivia pudo decir.

Kyle sabía que había herido los sentimientos de la chica, claramente no lo podía evitar, teniendo la imagen en vida de Melinda, no podía evitar vengarse aunque no fuera ella…
Aparco su auto frente a la casa de su tío Michael Alexandre, apago el motor, pero no bajo del auto, se quedo con la vista hacia el bosque, como una estatua, sin pestañear, su instinto le decía que tenía sed, pero no estaba de ánimos para cazar, no quería… sencillamente, ver a esa chica de ojos color chocolate, lo había dejado destrozado, tanto como hace siglos. Entonces, sintió cólera de repente, impotencia, golpeo el volante, pero no tan fuerte como para destruirlo, cerró sus ojos y respiro hondo, sintió una corriente por todo su cuerpo, su instinto animal, en ese momento había dejado de ser Kyle Alexandre, el vampiro sufrido y comenzó a hacer, el vampiro con sed de sangre, era temporal… pero no podía controlarse. Sus pupilas estaban dilatadas y podía sentir como sus dientes se volvían afilados lentamente, sus venas ardían, ardían como los cables secos y ardientes, estaba listo para cazar.

Olivia estaba sentada sobre el columpio de madera podrida, pero lo suficientemente resistente para sostener su esbelto y pequeño cuerpo, se impulsaba con sus pies hacia tras y hacia delante con suavidad, el árbol hacia ruidos extraños pero eso era lo de menos para ella en ese momento. Él crepúsculo comenzaba a salir, era hermoso y le daba al lugar un toque brillante y único al lugar, ella sonrió y cerro sus ojos por un momento. Comenzó a escuchar ruidos, ruidos provenientes de aquel frondoso bosque, por puro reflejo, fijo la mirada hacia dentro, obligándose a ver más allá de este, se veía oscuro… tenebroso, nunca había creído que ese bosque alguna vez se vería de esa manera.
Inconscientemente bajo del trozo de madera, haciendo crujir las hojas secas bajo sus zapatos marrones. Se adentro en el bosque. No sabía qué era lo que le había hecho adentrarse en la espesura del bosque, algo la atraía y ella lo sabía más que nada.
Trago saliva ásperamente y contemplo el bosque, era como otro mundo, tranquilo y silencioso… demasiado, estaba oscureciendo y eso lo hacía ver solitario y terrorífico, Olivia solo podía escuchar su profunda respiración y ruidos de criaturas que no se atrevía a seguir. Las ramas se movían por el viento, haciéndola estremecer, había tenido otra perspectiva de ese bosque antes, pero ahora era gris y solitario.
Volvió. Era lo suficiente cobarde como para no seguir en ese lugar, podría atreverse a enfrentarse a un chico que ni siquiera conocía, pero ella era cobarde como un cachorro, tan vulnerable como un niño desprotegido.

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