miércoles, 19 de enero de 2011

Capitulo 16

La tía Martha, se encontraba junto a ella en el frente de la casa de los O’ Connor, tocaron el timbre e inmediatamente una señora muy parecida a Denisse, abrió la puerta, tenía grandes ojeras y el rostro apagado, la tía Martha se acerco a abrazarla.
-Como ah estado ella Margaret.- Le pregunto la tía Martha amablemente.
-Igual que ayer Martha, exactamente igual, no quiere ni levantarse de la cama, no ah comido desde anoche.- Se le quebró la voz, Olivia hizo una mueca.- Vengan, pasen.
Ellas obedecieron y se adentraron en la grande y linda casa, todo era pintoresco y habían muchas, muchas flores.
-Margaret, ella es mi sobrina Olivia, es amiga de Denisse.
Olivia se limito a asentir y sonreír tímidamente.
-Es bueno que vengas, tal vez ella quiera dejarte entrar en su habitación.- Le pidió algo desesperada la Sra. O’ Connor.
-Precisamente quería hablar con ella.- Dijo Olivia.
-Su habitación es la primera a la derecha.- Le explico la triste señora mirando hacia las escaleras, Olivia asintió.
Ella comenzó a subir las escaleras de madera de cedro, bien pulidas por cierto, luego se detuvo en la primera puerta blanca, tomo una boconada de aire y dio dos golpecitos a la puerta, sabiendo de que nadie respondería, abrió la puerta lentamente para adentrarse en la bonita habitación de color verde.
Se quedo paralizada al ver a Denisse sentada sobre la cama, apoyada sobre la cabecera de este, con los ojos esmeraldas completamente ausentes, unas terribles ojeras y tan pálida como un papel, estaba toda cubierta por una cobija color verde pálido, su lindo cabello rojizo estaba enmarañado, tenía una venda en el cuello y algunos rasguños en los brazos.
-Denisse.- Prosiguió Olivia acercándose a ella lentamente, la chica no respondió.- Denisse, soy Olivia Whertinger, tú compañera de la escuela, sabes quién soy.
Ella seguía haciendo caso omiso así que Olivia se acerco más a ella, atreviéndose a sentarse junto a ella sobre la cama.
-Denisse… necesito que me digas, que paso exactamente anoche.
Olivia acerco su mano hacia el brazo inmóvil de la chica, en cuanto hizo contacto, la chica saltó, saliendo de su trance.
-¡NO!, Olivia, no dejes que me mate, ¡por favor, no dejes que me mate!- Grito Denisse pataleando, moviendo su cabeza de un lado a otro, Olivia estaba estupefacta.
-Denisse, no hay nadie, aquí no hay nadie.- Trato de calmarla esta, pero no le prestaba la mínima atención.- Aquí solo estoy yo, solo estoy yo, mírame.
-No, Olivia, él me vigila, me lo dijo, está en el bosque, Olivia no dejes que me mate.- La aterrorizada muchacha se abalanzo hacia Olivia para aferrarse a ella con todas sus fuerzas, casi le corta la respiración.
-Ok, no dejare que nada te pase, pero debes decirme que fue lo que paso anoche, necesito saberlo Denisse, así no podré ayudarte.- Le pidió Olivia un tanto histérica, acariciando la espalda de Denisse que ahora lloraba sin parar, la chica asintió con histeria.- Primero tienes que calmarte, respirar, y luego puedes comenzar.
Espero unos minutos, para que sus fuertes sollozos, se calmaran un poco, estaba realmente asustada, a Olivia le incomodaba un poco, pero necesitaba respuestas.
-Jeremy y yo, nos comenzamos a alejar de la fiesta… porque queríamos estar solos un rato…- Comenzó a hablar de sollozo en sollozo.-… Entramos al bosque, todo estaba muy oscuro y la neblina cubría nuestro alrededor… comenzamos a besarnos y…
-Denisse, no quiero detalles, ve al grano.- Le sugirió Olivia tratando de evitar tocar ese desagradable tema, Denisse rió histéricamente.
-En fin… mientras eso pasaba, escuchamos pasos acercándose, pero no había nada ahí o tal vez la neblina no nos dejaba ver, de repente comenzamos a ver sombras pasar y nos comenzamos a asustar, Jeremy huyo y no lo pude seguir ya que no encontraba mi blusa, ese hombre, ese hombre había tomado mi camisa y me miraba con esos feroces ojos…- No podía seguir, comenzó a llorar de nuevo.
-Es todo lo que quería saber Denisse, no te preocupes, estoy acá.- Concluyo Olivia acariciando su cabello, con su vista ausente, pensando, sería la misma persona, tenía que llegar al fondo de esto.
-Luego no recuerdo lo que caso, solo sé que me vine caminando casualmente.- Chillo esta frustrada.
En ese momento, la tía Martha y la Sra. Margaret, abrieron la puerta para dejar ver a las dos chicas abrazadas, una lloraba histéricamente y la otra la consolaba como podía.

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