-Contestare todas tus preguntas, pero tienes que prometerme que no le dirás a nadie.
-No puedo prometerte eso.- Dijo Olivia sin dar un paso adelante.
-Olivia…- Él chico se levanto de la cama.- Dame un día, te demostrare, responderé todas tus preguntas, al final del día, decidirás que quieres hacer con lo que ahora sabes sobre nosotros.
Olivia mantenía una distancia adecuada lejos de Kyle mientras él le contaba su pasado, los dos caminaban por el bosque sin ninguna dirección especifica, ella solo escuchaba y asentía, una que otra vez opinaba, pero parecía una niña de 5 años prestándole atención al maestro.
-Así que Melinda fue la que los convirtió.- Comento Olivia comprendiendo.
-Ella bebía de nuestra sangre cuando deseaba, nosotros solo nos dejábamos llevar, Miles sobre todo, él siempre me quería alejado de ella, pero ella siempre me buscaba y no te puedo negar que me sentía orgulloso de mi mismo.- Dijo divertido.
-Así que cuando un vampiro bebe de tú sangre y luego tú mueres…
-Él deja que bebas de su sangre para revivirte y luego tienes que cazar para completar la transformación.- Olivia se estremeció.
-Qué hay de la decisión que Melinda tenía que tomar.- Pregunto desviando aquel sádico tema.
-Al siguiente día de haber estado en mi habitación, Miles, Melinda y yo, nos reunimos en el jardín, él estaba con su típica sonrisa de triunfo y yo solo estaba confiado. Los dos nos sorprendimos que la decisión de Melinda fuese de esa manera, ella nos eligió a los dos, en ese momento Miles estaba muy enojado y yo también claro, ella comenzó a llorar porque cuestionamos su decisión y huyo, nadie podía encontrarla hasta ese día…- Él trago saliva, bajando la cabeza.
-¿Qué paso?- Pregunto Olivia curiosa, los dos detuvieron su paso.
-Ella había vuelto, llego a mi habitación mientras dormía, se acostó conmigo y luego bebió de mi sangre, de repente unas personas se la llevaron y la encerraron en una jaula, la sacrificarían, esa misma noche Miles y yo, tratamos de salvarla, pero nos dispararon y “morimos”, no sé qué vampiro nos dio de su sangre, pero cuando despertamos, ella se había ido, sabíamos que estaba muerta…
-Y tú la querías.- Dijo la chica.
-La quería.
-Por lo que te eh escuchado decir sobre Melinda, no me parece dulce, todo lo contrario, Kyle, ella los utilizaba y ustedes no se daban cuenta.
-Lo sé, me costó mucho tiempo darme cuenta de eso Olivia.- Confesó Kyle frunciendo de ceño.- Pero Miles todavía no lo ah superado.
-Mejor no hablemos sobre él, no quiero saber nada de ese chico.
Kyle rio sin ganas.
-Pero es muy bueno cuando lo conoces.- Olivia enarco una ceja.
-¿Es una broma, cierto?- Pregunto la chica incrédula.
-Si lo es.
Olivia no pudo evitar reír.
-¿Hay más, aparte de Miles y tú?
-No, en Mackenzie Hallows, ya no.
-Habían más que solo Melinda.- Pregunto Olivia perpleja.
-Ni te imaginas.
Olivia solo asintió lentamente y estaba comenzando a oscurecer, así que los dos volvieron a la casa, sin decir una palabra.
-Puedo llevarte a tú casa, está oscureciendo y…
-Tranquilo, puedo ir caminando, necesito relajarme un poco.- Kyle rió sin ganas.
-Quiero que tengas esto.- Dijo rápidamente mientras sacaba una pequeña cajita de madera de su bolsillo.
-¿Qué es?- Pregunto Olivia acercándose para tomarla.
El chico abrió la cajita y saco un hermoso collar de plata con una forma que Olivia no pudo descifrar, tenía una pequeña piedra color roja incrustada en él.
-Es un collar con verbena, te hará inmune a los poderes de un vampiro.- Ella asintió lentamente.
-Ok, gracias.- Dijo ella sonriéndole tímidamente.
Kyle se acerco a ella lentamente, mirándola a los ojos, mostrándole a través de ellos que él nunca la lastimaría, pero ella no estaba segura de eso, comenzaba a asustarse, se estaba acercando más de lo que ella podía soportar. Él acaricio su mejilla, cosa que la hizo estremecer, pero ella reacciono al tacto segundos después, separándose un paso de él.
-Tengo que irme…- Dijo ella cabizbaja.-…Y no te preocupes, guardare tú secreto, pero yo…- Respiro hondo y lo soltó de tirón.- Yo no puedo seguir estando contigo.
Luego de eso, Olivia huyo del lugar, no podía soportaba esa idea, pero según ella, era lo mejor para los dos.
Corrió hasta que sus pulmones le ardieron y su vista perdía enfoque cada paso que avanzaba, sus ojos se llenaban de lágrimas y tuvo que detenerse ya que no podía seguir. Se sentó en un banco, rompiendo en llanto en medio del silencio, abrazo sus rodillas mientras su corazón se rompía en pequeños pedacitos.
-Olivia, buenas noches.- Dijo una voz masculina que la hizo tener un escalofrío.
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