Después de que Olivia organizo sus cosas, como el pequeño retrato de su madre junto a ella y recuerdos de su antigua habitación, salió al patio, a mirar más de cerca los que fueron sus juegos favoritos.
Toco la soga suavemente con su mano derecha, rustica y rasposa, pero aún así, agradable y necesaria, así era como Olivia veía la vida, a veces dura y cruel, pero aún así, necesaria y llena de increíbles momentos, ella no pudo evitar sentarse en la vieja madera, con cuidado claro, para evitar romperla por su peso, aunque no fuera mucho.
Él inconfundible timbre la hizo levantar de golpe, sabía que no era de su incumbencia saber quién era, pero la curiosidad le picaba de repente, No es nada del otro mundo, pensó mientras caminaba hacia dentro.
Ya alguien se le había adelantado en cuanto llego a la puerta principal, pero eso no fue lo que la sorprendió, si no al ver ese rostro tan lindo, tan familiar y que tanto había extrañado, frente a ella, con esa sonrisa encantadora e angelical, casi instantáneamente, se abalanzo sobre ella a abrazarla mientras daba saltitos como una niña pequeña, acariciando con su mano el cabello oscuro de la chica, que permanecía sonriendo ampliamente.
-Oh por dios, no puedo creer que estás aquí.- Chillo Olivia exasperada, su voz sonaba casi feliz.
-No podía evitar venir a ver a mi mejor amiga.- Rió la chica encantada de la reacción de su amiga.
-Celeste, tú siempre sabes en qué momento te necesito.- Confesó ella más animada que antes, Celeste se separo de ella y tomo sus dos manos.
-Siempre estaré para ti y lo sabes, nunca pensé que fueras a volver.
Olivia se encogió de hombros.
-El destino sabe lo que hace, ¿no?- Le recordó Olivia mientras se estremecía al recordar el horrible accidente.
-Olivia, mañana será otro día, será el día que comenzaremos nuestro último año de secundaria, no serás la chica nueva, recuerda que aquí, todos te conocemos.- La animo su amiga de la infancia, ella asintió.- Cambiando el tema…y tú hermano Johnny.- Pregunto Celeste mirando sobre el hombro de Olivia, ella rió.
-Tranquila Celeste, está arriba.
-Bueno, lo veré mañana en la escuela, nos vemos.- La entusiasta chica dio media vuelta, pero luego se volvió hacia Olivia de nuevo.- Ah… de algo que me entere.- Recordó sonriendo.- Creo que no serán los únicos “nuevos” este año.- Le anuncio Celeste divertida, Olivia solo asintió lentamente, para luego acompañar a Celeste hasta la puerta.
***
-¡Buenos días campeones!- Exclamo Spencer risueño, los chicos no pudieron evitar reír y Olivia, dejo descansar la cuchara sobre el tazón de cereal, anunciando que había terminado su desayuno.
-Buenos días.- Dijeron todos al unísono, Olivia se levanto de la silla y tomo su mochila que yacía en el suelo junto a ella.
-¿Nos vamos Johnny?- Pregunto Olivia pasando la mano por su largo cabello castaño oscuro con algunos reflejos chocolate, no eran teñidos, siempre los había tenido ahí.
-Claro, ya estoy listo.- Dijo John imitándola mientras sonreía, él era increíblemente guapo y dulce, de cabello negro como el carbón y piel bronceada, unos profundos ojos negros y un pequeño hoyuelo en su barbilla, era la imagen viva de su padre, lo contrario a Olivia, que era un mezcla de los dos.
Salieron de la casa y comenzaron a caminar por la angosta acera, los dos iban abrazados y mirando a su alrededor mientras se mentalizaban en sonreír y pasarla bien, aunque en su interior, nada estaba bien.
Llegaron a la escuela en tiempo record, se detuvieron a una distancia razonable para contemplar primero muchas caras conocidas, los alumnos entraban pacíficamente a la más grande escuela de Mackenzie Hallows, los dos sacudieron la cabeza cuando Thomas Henderson, se les acerco sonriendo, Olivia quedo mirándolo por un momento.
-¡Olivia!- Expresó Thomas mientras la abrazaba con fuerza, Olivia carraspeo incomoda.
-Thomas, no te veía desde…
-Desde los 13 años Olivia.- La interrumpió sonriendo todavía, el era un chico muy agradable y alguna vez fue el mejor amigo de Olivia, pero todo cambio cuando él le declaro su amor y pues… ella era en ese tiempo, la más querida del pueblo.
-Exacto y… como te ah ido.- Pregunto Olivia por cortesía.
-Más que bien, jugar a lanzamientos me sirvió de algo, soy el capitán del rugby.- Olivia asintió maravillada.
-Eso es genial, recuerdo que te encantaba correr y lanzabas muy bien.- Lo alago Olivia sonriendo con indiferencia.
-Me alegro que hayas vuelto.- Dijo Thomas con sus ojos verde esmeralda, brillando de felicidad.
-Olivia, creo que deberíamos entrar.- Sugirió Johnny, más bien fue una señal de vida, diciendo que seguía ahí con ellos, Thomas se volvió hacia él.
-Ah Johnny, tanto tiempo amigo.- Dijo dándole un leve golpe en el hombro, bueno no tan leve, John se quejo.
-Igualmente Thomas.- Mascullo él sobándose el hombro, Olivia no pudo evitar reír.
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Como estan hoy, espero que les haya gustado, comenten girls!! las kierooo XOXO
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