martes, 15 de febrero de 2011

Capitulo 38

Luego de hacerse una mascarilla de una sustancia verde y cremosa, Rachel tenía una idea en mente para cerrar con broche de oro.
-Chicas, que tal si jugamos al baúl de los secretos.- Propuso Rachel de la nada, todas la miraron con confusión, la chica puso los ojos en blanco.- Se trata de que cada una tiene que decir su más profundo secreto, pero eso sí… tienes que prometer que nadie más lo sabrá.
Celeste y Olivia se lanzaron una mirada de pánico.
-Vamos, no sean aguafiestas.
Resoplaron a la vez y Rachel aplaudió triunfante, para luego abrazar a su oso de peluche.
-Está bien, quien quiere empezar.- Incito entusiasmada.- Tendré que elegir yo, como Celeste es la anfitriona, ella comienza… ¡Su más profundo secreto!
Celeste aclaro la garganta incomoda.
-Está bien chicas…- Prosiguió Celeste respirando hondo.- Recuerdan cuando fui ese fin de semana a casa de mi abuela…
-Si Celeste, recuerdo que luego de eso comenzaste a actuar raro.- Confeso Olivia encogiéndose de hombro.
-Bien…, estando allá, me conto sobre nuestro pasado, las mujeres en la familia Corning nacen con un don, con poderes y no sé qué otras cosas más, como unas… brujas.
Todas se miraron con los ojos abiertos como platos y hubo un silencio zumbante por un segundo, luego… Rachel exploto en carcajadas, las dos chicas la miraron perplejas.
-Es que… es que es muy gracioso.- Rio la chica retorciéndose de la risa.
Celeste le gruño y se levanto del suelo, desapareciendo entre la penumbra del pasillo. Olivia resoplo y miro a Rachel con gesto de desaprobación.
-¿Qué?, acaso dije algo malo.
Olivia puso los ojos en blanco y se levanto del suelo para seguir a Celeste.
Celeste se encontraba en la sala, sentada y frunciendo el ceño, Olivia se le acerco.
-Te creo.- Dijo sonriendo, Celeste se volvió a verla.
-¿Enserio?- Olivia asintió.
-Créeme, que en este punto, nada me sorprende.
-¿Ah que te refieres? Pregunto la chica con suspicacia.
-Olvídalo Celeste, nada, es solo una cosa mía.- Ella asintió lentamente.
-En 1864, nuestro ancestro, llamada Camila Corning, ayudo al antiguo consejo de Mackenzie Hallows a cazar supuestos vampiros que habían en el pueblo en esa época, era como una rebelión, según dijo mi abuela.
Olivia comenzó a sentirse incomoda luego de escuchar la palabra vampiro salir de la boca de Celeste.
-Esa chica sí que tenía agallas.- Espeto Celeste sacando a Olivia de sus sombríos pensamientos.
-Eso es de familia.- Celeste sonrió.
-Mira lo que puedo hacer, pero por favor… no te asustes o alteres.- Le pidió Celeste sonriendo, ella asintió.
La chica alzo su mano derecha en dirección a la lámpara que yacía del otro lado de la habitación, por un minuto no paso nada, pero luego la lámpara comenzó a levantarse de la mesita completamente sola, viniendo de repente hacia ellas, Olivia permanecía con la boca abierta mientras Celeste trataba de concentrarse más. Cuando la lámpara estuvo a solo unos pasos de ellas, esta cayó al suelo haciéndose pedazos.
-Ups, creo que no tengo la suficiente fuerza.
-No te preocupes, eso fue increíble.- Espeto Olivia sinceramente, Celeste rio.
-¿Qué paso aquí?- Las interrumpió Rachel mirando la lámpara.
-Telequinesis, eso paso.- Le informo Olivia sonriendo.
-Pero… es imposible.
-Nada es imposible.- Mascullo Celeste enarcando una ceja.
-Recogeré esto y luego sacare la basura que dejamos en tu habitación.- Intervino Olivia levantándose del sofá.- Suerte.- Le susurro a Rachel mientras salía de la habitación.

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